6 frases que odia escuchar un buen inversionista

Cuando le dices a tus familiares o amigos que inviertes o que tienes pensado hacerlo…

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¿Te han dicho alguna de las siguientes frases? ¿Odias escucharlas? ¡Felicidades! Tu malestar indica que eres un buen inversionista o que tienes madera para serlo, descubre por qué lo decimos.

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1. No seas ambicioso

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Un buen inversionista detesta que le pidan no ser ambicioso por una simple razón: ¡su naturaleza le exige que lo sea! ¿Por qué? Porque está acostumbrado a fijarse metas y cumplirlas. Para él, carecer de ambición equivale a ser un conformista.

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Y no, contrario a lo que mucha gente cree, no hablamos de una persona sin escrúpulos o moralmente incorrecta, sino de alguien que entiende que ambición y avaricia son dos conceptos diferentes, aunque comúnmente confundidos.

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2. Tengo un amigo que...

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¡Esta es cláaasica! Si eres inversionista o tienes en mente serlo, seguro conoces a esa persona que dice tener un amigo que hizo lo mismo que tú y le fue fatal o que hizo algo diferente y le fue muy bien. Para él, hagas lo que hagas, las estás regando.

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Un buen inversionista es un explorador, alguien que desea descubrir por sí mismo qué alternativas son más efectivas para alcanzar sus objetivos. Aunque puede valorar las experiencias de terceros, para él nada es más valioso que la experiencia propia.

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3. Mejor poquito, pero seguro

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Otra frase muy popular, sobre todo en personas que, en el mejor de los casos, acostumbran ahorrar o invertir en afores, cetes o pagarés, instrumentos que ofrecen bajísimos rendimientos, pero que son relativamente seguros.

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Una persona que realmente sabe invertir entiende que las cuentas de ahorro y los instrumentos de inversión tradicionales no son una buena opción porque aniquilan el valor de su dinero al ofrecer rendimientos que difícilmente superan la inflación.

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4. Yo mejor ponía un negocio

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Lo más gracioso del asunto es que, en la mayoría de los casos, esta frase la dice gente que nunca en la vida ha echado andar un negocio y que, por lo tanto, desconoce la cantidad de tiempo y dinero que esto requiere, así como el alto riesgo que implica.

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Un buen inversionista reconoce el potencial que tiene un negocio (de hecho, muchos de ellos primero invierten para después emprender), pero también es consciente de los sacrificios que esto demanda y que quizá no está listo o dispuesto a realizar.

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5. Invertir sólo es buena idea cuando eres millonario

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Por desconocimiento, miedo o ambas razones, muchas personas creen que sólo conviene invertir cuando se dispone de muchísimo dinero, algo que no es verdad. ¿No nos crees? Aquí te dejamos una proyección de cuánto podrías ganar si inviertes 2 mil pesos al mes.

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Un buen inversionista sabe que una cuenta con muchos ceros a la derecha ayuda mucho, pero también comprende que la disciplina y la constancia son armas mucho más efectivas para hacer crecer su dinero.

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6. El dinero es para gastarse

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La diferencia entre una persona que tiene dinero y otra que no lo tiene es que la primera acostumbra adquirir activos (es decir, cosas que le generan más dinero), mientras que la segunda acostumbra adquirir pasivos (cosas que le quitan dinero… y que muchas veces ni necesita).

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La prioridad de un buen inversionista no es consumir su dinero, sino generar más, ¡no lo olvides!